martes, 30 de octubre de 2012

Que curioso

No me olvido de nada ni de nadie. Sigo acá y está todo bien. No tengo intención de dejar nada pero las cosas me están dejando a mí. De a poquito me están dejando. O es simplemente es ese frenesí que va desapareciendo para volver con todo. Son etapas. Acá, allá. Arriba, abajo y así.
No cierro el blog, no me olvido de ustedes, no las veo mucho en facebook. Solo tomo otros compromisos que ocupan lugar y que, curiosamente, me dan espacio.
Es como que el mudo exterior necesita de mi servicios por un rato y eso hace que, sin querer, me ocupe de mí. Cosas como hacer de mentora en el colegio de Sofía o trabajar unas horas por semana liberó espacio mental para sacar una hora en el médico después de tres años que no iba, por ejemplo. O salir a almorzar con una amiga y visitar a otra. Pequeñeces. Pequeñeces que hacen que me baje de la autopista y vaya por las rutas internas, mirando el paisaje. Como cuando tenés la música a todo volumen en el auto, la bajás y escuchas que el motor hace un ruido o suena el celular o los pajaritos cantan.

Las quiero, sigo acá, no me voy a ningún lado.




miércoles, 24 de octubre de 2012

De visita

La semana pasada anduve visitando a mi amiga del alma que se mudó a Massachusetts hace un año y yo todavía no había ido a verla. Ingrata.
La pasé bomba porque, para mí, estar con mi amichi es pasarla bien. Me relajo, charlo, duermo, me cocina y disfruto a sus hijos que son lo mas. Somos amigas desde muy chiquitas. Muy chiquitas, como desde los dos, ponele.
Vive en un pueblito (muy ito ito) a dos horas de Boston. El pueblito consta de unas treinta (como mucho) casas, un INN, un cafe, una tienda de regalitos, un museo, unas cinco casas museo y un colegio pupilo. Como de un cuento es el pueblito y ella vive ahí.
Su casa es de 1700 y algo y se nota. Salvo los baños y la cocina setentosos, está intacta. Es más, les diría que todas las casas del pueblo están casi originales. Digo casi por lo de los baños y las cocinas. Es muy divertido porque las puertas no tienen picaportes, tienen unos tiradores de hierro muy incomodos pero muy graciosos. La primer noche me quedé con medio sistema en la mano y pensé "cagamos, se lo rompí". Pero no. Los pisos son de tablones de madera anchos anchos y los cielo rasos bajos con tirantes. En el estar tiene una chimenea enorme, que antes era una cocina, así que tiene un brazo de hierro donde se colgaba la cacerola para cocinar y al costado de la chimenea tiene como un horno de barro. Es genial porque todo esto esta mezclado con una colección de arte impresionante (im pre sio nan te). Porque ella y el se dedican a coleccionar arte.


Acá les dejo unas fotos.

La calle principal.

La vecina y los zapallos tamaño baño.

Los colores de Nueva Inglaterra.



Una de las casas museo.



Mas colores de nueva Inglaterra.

Los zapallos de cerca.




Te morís con los techos chuecos.



Mi Monet natural

Su casa.

Mas de su casa.

Su calle.


El cementerio viejo.

 Una granja con un puesto de venta al público.

La manijas dichosas!

martes, 9 de octubre de 2012

Volviendo al ruedo (y una valiente mas!).

Yo debería estar acá escribiendo y escribiendo pero no. Mientras va llegando el otoño, empiezan a cambiar los colores, se van las flores y las hojas de los arboles se van cayendo. El tema en general toma matices dorados y la luz del sol entra por la ventana y pinta sombras por toda la casa.
Los zapallos ya van inundando la cuidad avisándonos que ya llega la temporada de las fiestas. Que Halloween, Thanksgiving, Navidad y Año Nuevo. A mi me encanta andar por la calle en esta época del año, sopla un aire mas fresco, oscurece temprano y la gente anda contenta. Después de las fiestas ya ando extrañando el verano y me me anda haciendo falta el sol... Así es la cosa.
Mientras todo esto pasa, yo sigo tratando de criar dos adolescentes (digo criar porque no se que palabra podría usar acá... educar... acompañar... todo?) que de a ratos es la cosa mas divertida del universo y de a ratos es agotador.
Otra novedad es que me ofrecieron un trabajo dos veces por semana y lo acepté. Por ahora estoy contenta, al fin y al cabo son solo dos veces por semana y me sigue quedando tiempo para hacer todas las cosas que no estoy haciendo. Así como tengo abandonado el blog, tengo abandonado todo el resto de las cosas. Uno de estos días, eso me repito a cada rato y no crean... me pesa la conciencia, sobre todo por el abandono del blog y el 365.


Ahhh! Vayan a visitar a Loli que se animó a mostrarnos su cajón! Gracias Loli por ser otra valiente!


Lo que va quedando de mi 366... que no abandono pero lo hago a los golpes.