Un ratiro

Mientras espero el otoño y los dias se acortan, el calor hace su retirada y todos nos vamos acomodando a esta nueva, pero ya conocida, situación, yo voy encontrando cosas lindas por mi jardín.
Las mañanas en las que estoy sola y puedo manejar mis tiempos, en general, salgo mucho al jardín. Lo disfruto en silencio, con los ruidos de fondo de una ciudad viva, que despierta y comienza su día con un ritmo muy diferente al mío.
Disfruto esta soledad efímera, la atesoro, sabiendo que en unas horas el torbellino rutinario se va a apoderar de mí.
Durante todos los años que trabajé, una de las cosas que mas anhelaba era estar acá. Ahora. Así. Las otras cosas se las cuento otro día.